Sentí tu calor alado, senti el calor en nuestras sabanas.
Estaba oscuro y te senti en la penumra, recorri tu pierna con la mia,se rosaron, se lamian.
No podia distinguir tu rostro, pero sabia que estabas alado mio, calentando el frio matinal.
Estiré mi mano y dibujé el contorno de tus facciones, una por una para nunca olvidarlas, creo que sonreiste. Sonreí.
Me deslicé por las sabanas. Mi cuerpo estaba más vivo que nunca. Cada pliegue de la tela lo sentia a flor de piel. Sali lentamente de la cama y abri un poco, solo un poco la persiana; lo suficiente para que unos timidos rallos de sol se colaran por las aperturas y nos iluminaran.
Mi cuerpo desnudo se veia fragil e indefenso, pero al verte alado mio ¿Que importaba que una flecha me atravezara y me partiera en mil piezas? si habia una manera linda de morir era esa, viendo tu sonrisa , verte viendome con curiosidad, diciendome todo con los ojos.
Que el mundo llegue a su fin, ¿que nos importaba a nosotros? eramos felices.
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